Revisión de medio año
Metas cumplidas antes de tiempo y atacar el síndrome del impostor con facts.
Después de mucho movimiento, decidí bajar el ritmo esta última semana del mes.
Sentía que había hecho tanto, pero sin camino, y aunque me sentía feliz por los proyectos logrados, el nuevo equipo de trabajo, los cambios y el re-enfoque en mi marca no fueron suficientes cuando “el síndrome del impostor”* (o como me gusta llamarle, Paola Bracho) atacó:
-Sí, pero no es para tanto.-
-Sí, pero no son tantas máquinas de coser.-
-Sí, pero aún hay cosas que faltan por hacer, por comprar.-
-Sí, pero ese no era el plan al inicio del año.-
Y eso último fue justo lo que necesitaba para devolverle una cachetada con guante blanco.
Desde el 2018 me hice amiga del método BuJo, y en 2020 retomé el hábito del journaling, y como sé que servirán de apoyo para mi primer TEDTalk, aún conservo cada libreta.
Así que ese último pensamiento se podía refutar con facts.
A inicios de este año, conocí un podcast súper bonito llamado "Metamorfosis" de Marce Holística, el cual me ayudó a dar ese pequeño salto que necesitaba en mi vida, tanto personalmente como a nivel laboral, me hizo profundizar en la intención, el propósito, la rueda de la vida, así como mis metas a corto, mediano, largo y más largo plazo.
Así que decidí hacer una revisión de medio año para ver si La Bracho tenía razón, si realmente “no era suficiente lo que estaba haciendo”.
Tras echarle un ojo a detalle, en efecto, no se ha conseguido todo lo que tenía en mente a corto plazo (un año), sin embargo, se consiguieron metas que tenía designadas para mediano plazo (3 años), tales como el curso y exposición de bordado (ya estamos trabajando en la nueva exposición); y para largo plazo (5 años), como el curso de confección para Evenflo.
Cayendo en cuenta que estos 6 meses han sido muy diferentes de lo que imaginé, tanto el camino como la revisión, me atrevo a decir que han sido mejores.
Y es que como escuchaba hace unos días, lo que es para ti va a ser para ti, y a veces se nos olvida me olvida, que no hay prisa, porque es más tarde de lo que uno piensa, y que entre más se aferra uno a lo que no tiene, más difícil se vuelve el poder ver lo que sí se tiene.
“Do what you can, with what you have, where you are”.
Theodore Roosevelt
A inicios del 2022, comencé en un espacio en mi casa que adapté como taller con 2 máquinas de coser prestadas, de ahí conocí a Valeria M. (Go, Girl), cliqueamos y nació el impartir clases en Minerva Coffee Garden, de ahí Vanessa me contactó para impartir mi curso en su empresa (Evenflo), con el pago pude financiar las máquinas que necesitaba para llevarlo a cabo, las cuales ayudaron para el pasado Summer Sewing Camp, y de ahí logré hacer la transición a máquinas de coser nuevecitas de paquete.
Nada de esto estuvo planeado, sin embargo, nada de esto ha sido suerte, mucho menos fácil, ha sido una larga temporada de aprender a administrar e invertir acorde al propósito de mi marca y mi bienestar, así como navegar entre métodos de organización, planificar, confiar en mi instinto, llevar a cabo ideas que me hacen vibrar y dejar ir otras que nunca han sido mías.
Hoy sé, que el camino ha sido difícil en gran parte por mí, porque a veces puedo ser mi peor crítico, porque suelo dejar que lo externo juegue con mis pensamientos, porque a veces suelto el mango de mi sartén, porque es más fácil caer en viejos hábitos, aún sabiendo que siempre llevan al mismo lugar, a ese en el que no quiero estar.
Sin embargo, sé que cuando mis pies van hacia otro lado, es cuestión de detenerme y escucharme con atención, sin juzgar, y entender que a veces sólo tengo miedo, y es válido, porque no lo sé todo, porque aunque puede ser más fácil seguir el camino de los otros (de mi amiga, de mi mamá, de mi hermana, de mi abuela, de mi tía, de la morra que vive en otra parte del mundo, de “her Marcia”), ese no es mi camino, esa no es mi realidad, mi realidad la construyo yo, y a diferencia de lo que muchos podrían pensar, no tiene nada de mágico, como todo en la vida, se trata de equilibrio y mucho journaling.
He hecho una nueva lista, algunas son metas nuevas, otras son pasadas, unas parecen imposibles, pero sé que no lo son, simplemente las cosas llegan cuando tienen que llegar, y eso sólo pasa cuando estás listo para ello, y para estar listo, por lo menos en mi caso, necesito pequeñas pausas para hacer una revisión de medio año para celebrar mis logros, honrar mi camino, salirme de mi mundo y verlo desde afuera.
Esto, no tiene que ser una escapada abrupta por meses a otro país, porque aunque ayuda, uno siempre vuelve a los mismos sitios, a veces físicamente otras mentalmente, y es que el cafecito por la mañana en compañía, leer temas que no te permitías, sentarte a escribir en el pasto, soltarte el cabello, darte amorcito en cada comida, estirar, meditar, llorar, (you name it, cause only you know) pueden ayudarte a dar ese último pasito que necesitas para hacer catarsis.
*Síndrome del impostor: es un fenómeno psicológico que hace que aquellas personas que lo padecen sientan que nunca se encuentran a la altura de las circunstancias o que sean incapaces de aceptar que merecen lo que han obtenido como fruto de su trabajo.